lunes, 11 de febrero de 2013

¡CUIDADO!, LAS OBRAS DE MISERICORDIA PUEDEN SOLO ALIENARNOS Y CALMAR NUESTRAS CONCIENCIAS SIN GENERAR PROCESOS DE CONVERSIÓN




Al iniciar este tiempo de Cuaresma, dentro de la Iglesia Católica, se nos invita a hacer un proceso de conversión, con oración y ayuno. Pero, ¿Cómo? El profeta Isaías (Capítulo 58) nos ayuda a hacer ese proceso de conversión...

Todo rito, todo culto, toda oración, todo ayuno que no genera procesos de cambio en relación con la justicia, con la paz, con la solidaridad, con la fraternidad, no pasa de ser rito, culto, oración y ayuno vacíos, falsos y hasta desagradables a Dios, debido a la hipocresía que podemos manifestar en ellos, jugando una doble cara, una doble moral...

Isaías 58

1 Grita con fuerza y sin miedo.
Levanta tu voz como trompeta y denuncia a
mi pueblo sus maldades, y sus pecados a la
familia de Jacob.
2 Según dicen, me andan buscando día a
día y se esfuerzan por conocer mis caminos,
como una nación que practica la justicia y no
descuida las órdenes de su Dios. Vienen a
preguntarme cuáles son sus obligaciones y
desean la amistad de Dios.
3 Y se quejan: "¿Por qué
ayunamos y tú no lo ves, nos humillamos y tú
no lo tomas en cuenta?"
Porque en los días de ayuno ustedes se
dedican a sus negocios y obligan a trabajar a
sus obreros. 4 Ustedes ayunan entre peleas
y contiendas, y golpean con maldad. No es
con esta clase de ayunos que lograrán que se
escuchen sus voces allá arriba.
5 ¿Cómo debe ser el ayuno que me
gusta, o el día en que el hombre se humilla?
¿Acaso se trata nada más que de doblar la
cabeza como un junco o de acostarse sobre
sacos y ceniza? ¿A eso llamas ayuno y día
agradable a Yavé?
6 ¿No saben cuál es el ayuno que me
agrada? Romper las cadenas injustas,
desatar las amarras del yugo, dejar libres a
los oprimidos y romper toda clase de yugo.
7 Compartirás tu pan con el
hambriento, los pobres sin techo entrarán a
tu casa, vestirás al que veas desnudo y no
volverás la espalda a tu hermano.
8 Entonces tu luz surgirá como la
aurora y tus heridas sanarán rápidamente.
Tu recto obrar marchará delante de ti y la
Gloria de Yavé te seguirá por detrás.
9 Entonces, si llamas a Yavé,
responderá. Cuando lo llames, dirá: "Aquí
estoy."
Si en tu casa no hay más gente explotada, si
apartas el gesto amenazante y las palabras
perversas; 10 si das al hambriento lo
que deseas para ti y sacias al hombre
oprimido, brillará tu luz en las tinieblas, y tu
oscuridad se volverá como la claridad del
mediodía.
11 Yavé te confortará en cada
momento, en los lugares desérticos te
saciará. El rejuvenecerá tus huesos y serás
como huerto regado, cual manantial de agua
inagotable.
12 Volverás a edificar sobre las ruinas
antiguas y reconstruirás sobre los cimientos
del pasado; y todos te llamarán: El que repara
sus muros, el que arregla las casas en ruinas.
13 Si te preocupas de no caminar en día
sábado ni de tratar tus negocios en el día
santo; si tú llamas al sábado "Delicioso", y
"Venerable" al día consagrado a Yavé; si tú
lo veneras, evitando los viajes, no haciendo
tus negocios ni arreglando, ese día, tus
asuntos, 14 entonces, te sentirás feliz
con Yavé. Yo te llevaré por las cumbres de la
tierra, y te mantendré con la propiedad de tu
padre Jacob; la boca de Yavé te lo asegura.

Yéndonos versículo a versículo del capítulo 58 de Isaías... ¿qué encontramos, qué nos dice a nuestra vida hoy?
Hemos de decir, en primer lugar, que el escenario que se nos presenta en el texto es el de un lugar de culto, donde se realizaban los ritos religiosos y se manifestaba la piedad del pueblo. Isaías parece conocer muy bien todo lo relativo a la práctica religiosa de la gente y, además, su práctica social, su convivencia con el prójimo, sobre todo en temas de justicia, fraternidad, trabajo y sufrimiento de los pobres.
Por eso, el capítulo inicia con unas palabras que nos dan más datos de la realidad...
"Grita con fuerza y sin miedo.
Levanta tu voz como trompeta y denuncia a
mi pueblo sus maldades, y sus pecados a la
familia de Jacob.".
Primero, parece que el pueblo creyente y practicante de su fe en Yahvé no estaba dispuesto a escuchar con voz suave, por eso se hacía necesario gritarlo. Pero el hecho de agregarle que lo haga sin miedo, es porque al decir esas palabras en nombre de Dios, seguramente le iba a traer muchos problemas de esa gente creyente y practicante de culto y ritos vacíos. Es decir que al asumir esa tarea profética se asumen los riesgos que ella trae y por ello hay que vencer el miedo. El miedo no debe paralizar.
Esto implica entonces que el pueblo creyente que oraba y ayunaba se podría convertir en una seria amenaza para la vida del profeta, porque no les iba a gustar lo que escucharían. Toda esa gente iba en busca de la amistad con Dios y buscando sus caminos. Sin embargo, no les gustaría el mensaje de Dios. Y allí, en el versículo 2 viene la misma respuesta.... buscan todo eso pero no practican la justicia. No viven de acuerdo a la voluntad de Dios... He ahí el grave error.... he ahí el pecado del pueblo, he ahí la gran mentira, la hipocresía... He ahí el por qué sus cultos, ritos, ayunos y oraciones eran vacíos, sin sentido, desagradables a Dios.
En el versículo 3 se escucha la voz de la gente creyente, de la gente religiosa y piadosa... "¿Por qué
ayunamos y tú no lo ves, nos humillamos y tú
no lo tomas en cuenta?" La gente creyente y practicante quiere que Dios mire todo lo que se están sacrificando, que Dios crea que son buenos porque ayunan, se humillan y hacen oración. Quieren conquistar a Dios, comprarlo con esas acciones... Y Dios no deja esa pregunta sin respuesta... "Porque en los días de ayuno ustedes se
dedican a sus negocios y obligan a trabajar a
sus obreros. 4 Ustedes ayunan entre peleas
y contiendas, y golpean con maldad. No es
con esta clase de ayunos que lograrán que se
escuchen sus voces allá arriba."
Allí mismo viene la respuesta, y está referida a la relación con las demás personas, al trato con el prójimo en actitud de justicia, de respeto, de paz.
Al parecer, las propias injusticias hacen que Dios no les escuche, que Dios no les vea. Como dice un dicho popular: "Con el codo se borra lo que se ha hecho con la mano".
Y en boca del profeta Isaías, Dios mismo critica, cuestiona los ritos y cultos del pueblo creyente, desenmascarando la mentira, la hipocresía, pues se cree que para estar bien con Dios lo que se necesita es doblar la rodilla en tu templo, o dar limosnas o hacer ayunos o rezar mucho.... Seguramente al escuchar esas palabras, el pueblo creyente quiso asesinar a Isaías, por el enojo que les provocó escuchar la verdad así no más.... de un solo tajo. Pobre profeta.... seguro vio cerca la muerte y le temblaron las piernas al ver las reacciones de sus hermanos y hermanas creyentes en Dios.
La gente pudo quedarse todavía preguntando, ¿entonces cuál es el ayuno, la oración, la humillación que le agrada a Dios? ¿Cuál será el verdadero culto que Dios recibe con alegría? He aquí que Dios expresa qué realmente le agrada:
"Romper las cadenas injustas,
desatar las amarras del yugo, dejar libres a
los oprimidos y romper toda clase de yugo.
Compartirás tu pan con el
hambriento, los pobres sin techo entrarán a
tu casa, vestirás al que veas desnudo y no
volverás la espalda a tu hermano."
Si Dios les pide que se rompan las cadenas injustas, es porque en esa realidad existía la injusticia, había gente que estaba como bueyes sujetos a un yugo, cargando con pesados trabajos, sometidos, gente esclavizada desde el trabajo y por su condición de pobreza.... alguien que quiere agradar a Dios no puede ser indiferente ante la realidad de hambre, de la gente sin techo, la gente que está sufriendo.... y no dice que eso hay que hacerlo con los cercanos, con las personas que les son agradables. Y además, el versículo siete termina de forma fulminante.... esa persona que está viviendo esa situación de injusticia y pobreza, es tu hermana... no es cualquier gente.... es tu hermana...... Si los seres humanos nos reconociéramos como hermanos, no existieran guerras, nadie sería injusto, nadie oprimiría... nadie pasaría hambre, ni frío, ni viviría sin techo.......... Y ese es el ayuno agradable a Dios......
Y Dios continúa diciendo,
"Tu recto obrar marchará delante de ti y la
Gloria de Yavé te seguirá por detrás.
9 Entonces, si llamas a Yavé,
responderá. Cuando lo llames, dirá: "Aquí
estoy."
Ahhhh, entonces no es que le desagraden a Dios el culto, los ritos, el ayuno y la oración, es que deben ir precedidas de amor al prójimo, de amor solidario al hermano. Eso es estar en gracia de Dios.
"Si en tu casa no hay más gente explotada, si
apartas el gesto amenazante y las palabras
perversas; si das al hambriento lo
que deseas para ti y sacias al hombre
oprimido, brillará tu luz en las tinieblas, y tu
oscuridad se volverá como la claridad del
mediodía.
Yavé te confortará en cada
momento, en los lugares desérticos te
saciará. El rejuvenecerá tus huesos y serás
como huerto regado, cual manantial de agua
inagotable.
Volverás a edificar sobre las ruinas
antiguas y reconstruirás sobre los cimientos
del pasado; y todos te llamarán: El que repara
sus muros, el que arregla las casas en ruinas.
Si te preocupas de no caminar en día
sábado ni de tratar tus negocios en el día
santo; si tú llamas al sábado "Delicioso", y
"Venerable" al día consagrado a Yavé; si tú
lo veneras, evitando los viajes, no haciendo
tus negocios ni arreglando, ese día, tus
asuntos, entonces, te sentirás feliz
con Yavé. Yo te llevaré por las cumbres de la
tierra, y te mantendré con la propiedad de tu
padre Jacob; la boca de Yavé te lo asegura."
Dios vuelve a reafirmar en qué momento la gente estará realmente en su presencia, en qué momento Dios habitará en el ser humano, en su pueblo. Entonces la vida desértica dará alimento, dará fruto. La vida brotará de nuevo en quienes viven como muertos, sintiéndose sin sentido en la vida. Sobre el pasado de dolor y sufrimiento, la gente podrá volver a edificar una nueva vida. Entonces sí podrá decir el pueblo creyente que es bueno, delicioso el día del Señor, el culto, los ritos, el ayuno y la oración ofrecida a Dios. Eso significa que antes que los negocios, antes que el enriquecimiento, antes que la explotación está lo que agrada a Dios, que sólo entonces, cuándo se practique y viva la justicia, la fraternidad, la solidaridad, la paz, sólo entonces la persona creyente se sentirá feliz y Dios estará complacido, alegre.
Y, ¿cómo estamos hoy nosotros, como Iglesia Católica, como están todas las Iglesias Cristianas en relación a esta práctica del amor? Pues no se trata de simples obras de misericordia... se trata de dar de comer al hambriento, de vestir al desnudo y dar techo al sin techo, pero erradicando las causas de dichos males, es decir, combatiendo las injusticias, hablando con la verdad y actuando sin miedo... tal y como comienza el capítulo 58.... "grita sin miedo".....
¿Creemos que nuestras prácticas religiosas, nuestros cultos, ritos, rezos y ayunos le agradan a Dios? ¿O nuestra práctica religiosa es más bien hipócrita, sin amor afectivo y efectivo hacia al prójimo, sólo para calmar nuestras conciencias?
Cómo Iglesia Católica, ¿qué hay detrás de nuestras Eucaristías, de nuestra praxis sacramental, de nuestros rezos de novenas, de los rosarios, de las procesiones, etc.? Seguro que sí hay fe, tal y como la tenía el pueblo creyente en el tiempo de Isaías... pero, ¿será que nuestro culto, nuestros ritos, nuestra oración, nuestro ayuno es el que verdaderamente agrada a Dios? ¿o será nuestra práctica religiosa actual lo que nos queda más cómodo, lo que implica menos compromiso, lo que no nos pone en riesgo, lo que calma nuestras conciencias, lo que esconde nuestras injusticias, nuestro pecado? Escuchemos a Isaías e iniciemos procesos de conversión personales y comunitarios, Dios nos dará la fuerza de su Espíritu para ello.