miércoles, 30 de julio de 2008

VOY A SOÑAR CON LO QUE NUNCA FUI

Desde hace mucho tiempo,
he andado buscándote
y he sacrificado toda mi vida en pos de ello.

Recuerdo esos tiempos en que creí poseerte,
todo el mundo me decía que ya eras mía
porque todos creían que ya te poseía.

Parece que lo que indicaba que ya te poseía
era que actuaba, pensaba y sentía
de la misma manera que lo hacía la mayoría.

Con tal de poseerte,
yo renuncié a mi propia manera de ver el mundo,
a mi propio estilo de expresarme;
cambié mi manera de hablar, de vestir,
de comer, de peinar, de reír y hasta de llorar.

Compré muchas amistades
que se impactaban por la manera en que
te había conquistado hasta poseerte.

Muchas se enamoraron de mí
porque logré poseerte y a muchas yo enamoré,
poniéndote a vos como mi gran trofeo.

Nunca me di cuenta que al poseerte,
perdía todo lo que yo era.
Dejé de poseerme y era uno más que vos poseías.

¡Sorpresa! Yo no te poseía a vos.
Al contrario, vos me poseías a mí.

Me sedujiste, me hiciste caer en tu trampa sutil,
haciéndome creer que era yo quien te poseía,
como mi más preciado trofeo.

Ahora me doy cuenta que nunca te poseí,
porque has sido, sos y serás la eterna prostituta fina,
que por todos es aceptada, que a todos excitás
hasta que paguemos todo lo que tenemos
y somos para poseerte.

Hemos sido, somos y seremos adictos a vos,
tus eternos esclavos, tus víctimas.
Somos el alimento que te ha hecho crecer,
estar vigorosa, voluptuosa, simpre joven, hermosa y atractiva.

El mundo gira en torno a vos, lo sabés muy bien;
sos la única que podés hacer que yo no sea yo
y sea lo que vos querés que sea.

Ése soy yo: "el no-yo", el otro totalmente distinto a mí por vos.
Por el deseo incontrolable de ser yo,
simplemente me convertí en otro más,
totalmente ajeno y distinto a mí.

Hoy, en mis últimos momentos de vida,
trato de ser más el "no-yo",
y por eso descubro con dolor que no fuí,
sólo estuve aparentando ser yo.

Fui un espejísmo, una realidad irreal,
un ser sin ser, un amor sin amar.

Pero ya es tarde.
Muero sin haber vivido.

Voy a soñar eternamente con lo que nunca fui: YO.


miércoles, 23 de julio de 2008

LA FE PROSTITUIDA


"Una fe infantil es desencarnada y, por ello, generadora de prostitución eclesial."

Es sumamente cuestionante en la actualidad, la realidad que se vive a nivel mundial en todos los ámbitos de la experiencia humana. El ámbito de la fe y la religiosidad no es la excepción.

Es muy interesante observar por ejemplo, el hecho de que la mayoría de la población en Latinoamérica dice ser cristiana, es decir, creyente en Cristo, el Jesús histórico que fue asesinado en una cruz y que resucitó tres días después. Lo contrastante de este hecho es que vemos como la realidad latinoamericana no se parece en nada o casi nada , para no parecer tan pesimista, al Reino de Dios.

Definitivamente, surgen muchas dudas ante esa gran incoherencia: pueblos mayoritariamente cristianos que no reflejan una realidad cristiana.

Pero, con un poco de actitud crítica, se comienza a descubrir una serie de males, que a simple vista parecerían ser el origen de esta triste situación, pero al esculcar más se descubre que tan sólo son ramas de un árbol enfermo y en proceso de putrefacción.

Fácilmente se percibe en la fe y en la religiosidad de nuestros pueblos una serie de alienaciones que hacen proliferar el fanatismo que se manifiesta en grupos sentimentalistas e individualistas, que sólo buscan "gozar y sentir" al Señor, aunque no se sepa que "Señor" es, porque seguramente no es el Jesús de los Evangelios y por tanto ese "Señor" no es el Dios de Jesús.

Existen también los grupos fundamentalistas que se reducen a legalismos, ritualismos, dogmatismos y un cúmulo de falsas experiencias, ya que más parecieran simple maquillaje, como un sepulcro bien pintado por fuera y vacío o lleno de podredumbre por dentro. Dicho en lenguaje popular: "Pura pantalla".

Aparece en escena, entonces, el grupo de los "cristianos miedosos" que creen que si no cumplen con los precepstos, normas y obligaciones de la Santa Madre Iglesia, se irán al infierno, pues el Dios vengador y castigador les va a provocar sufrimientos para que paquen todos esos pecados. Por eso, deben someterse a ese régimen y viven dando limosnas, de misa en misa formando masa, confesándose, aunque no se tengas la mínima idea de que es realmente el pecado, y comaulgando sin ni siquiera saber que proyecto común asumen como compromiso de vida.

Ante estos ejemplos palpables y muchos otros, es claro que el mal que padecemos se puede detectar haciéndomos un examen de heces, como Iglesia. Esta muestra de heces nos dará el diagnóstico de la enfermedad que padecemos: fe infantil. Una fe que nunca llevó al creyente a una experiencia personal y liberadora con Dios. Es una fe que lo único que hace es adormecer al ser humano, es un calma conciencias, un analgésico pero no la verdadera cura del mal. Es una fe desnecarnada, ciega ante la realidad, con la mirada perdida en el "más allá", olvidándose del "más acá".

Esta fe infantil es la que promovemos masiva y comercialmente a través de nuestras catequesis y formaciones. Es, contradictoriamente, una fe incrédula e ignorante. Por eso no es de extañar que nuestros pueblos, siendo tan "cristianos", se prostituyan vendiéndose al mejor pastor (es decir, postor). Es una fe que va en búsqueda de quien más le ofrezca, de quien mas le facilite la vida y le anule el compromiso ante la realidad, ante la construcción del Reino de Dios. Es una fe burguesa, consumista y mercantilista. es la fe que explota y oprime para luego dar limosnas. Es una fe vulgar y barata que no merece ser llamada fe, ya que sólo sirve para justificar y legitimar la injusticia, la pobreza, la corrupción. Esta fe garantiza y promueve el anti-Reino en nombrre de Dios.

Sólo nos queda hacer lo que hizo la mujer adúltera, ver y aceptar nuestro pecado, nuestra fe infantil, así como la misericordia liberadora de Jesucristo, que dice: "Vete y no peques más". Debemos dejar actuar a Dios en nuestras vidas, que nos interpele y nos ayude a vencer el miedo, la comodidad y a transformar nuestras catequesis y formaciones, todas en función de la construcción del Reino de Dios.

Es el tiempo de recuperar el verdadero sentido de nuestra fe y praxis religiosa: ¿será encarnada en la realidad de las víctimas, de los pequeños, de los pobres o seguirá prostituyéndose con tantos ídolos que nos brinda el sistema?