lunes, 25 de abril de 2011

MÁRTIR DE LA VERDAD: MONSEÑOR JUAN GERARDI"



"Nosotros tenemos realmente, como Iglesia, una misión propia que realizar: la promoción de la justicia, el cambio del ser humano guatemalteco. No vamos a tener una sociedad nueva si no tenemos seres humanos nuevos." Monseñor Juan Gerardi.

Monseñor Gerardi fue asesinado el 26 de abril de 1998, por aquellas personas que no querían que la Iglesia buscara la justicia y no soportaron que la verdad saliera a flote. La verdad siempre tendrá precio de sangre y con Gerardi no fue la excepción.

Con Gerardi se buscó que el pueblo guatemalteco recuperara su memoria histórica, que la verdad sobre el conflicto armado interno fuera conocida por todos y que sólo desde dicha verdad se diera el camino de la reconciliación, el perdón, la justicia y la paz.

Tanto la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH), como el Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica (REHMI) tuvieron la claridad de establecer la obligatoriedad del Estado guatemalteco en rescatar la memoria del pueblo, la dignificación de todas las víctimas y apoyar todo el proceso de reconciliación y resarcimiento.

Es claro que el fin último que se persigue es que EN GUATEMALA NUNCA MÁS se viva la violencia indiscriminada, para-estatal, sádica e impune. Para ello se hace necesario que las condiciones sociales, políticas y económicas cambiaran y dejaran su clara condición de injustas, excluyentes y serviles al sistema hegemónico. Precisamente por no cambiar dichas condiciones se está de nuevo haciendo patente la militarización del país, creyendo que la solución para detener la violencia salvaje es usar la violencia salvaje estatal.

Esa es la más grave consecuencia de olvidar: se corre el riesgo de volver a repetir la historia sangrienta y dolorosa.

Por eso, Monseñor Gerardi decía: "En Medellín y después en Puebla, la Iglesia de América Latina hizo suya y dio lugar prioritario a esta opción por los pobres, constituyéndola como motor y como criterio para una acción liberadora integral." Para él era claro que si se quería transformar el ser humano se debía comenzar por reconocer al pueblo más vulnerable: los pobres y excluidos. Pues son el signo claro de la injusticia que se esconde y hace su nido en las condiciones ya mencionadas, y generan gente viviendo en situaciones indignas.

Hoy, 13 años después del martirio de Monseñor Gerardi, recordamos las incontables víctimas a causa de la violencia, que hacen una nube de testigos, blanqeados por la sangre derramada a causa de la opción por la juticia y la verdad. La opción por el Reino de Dios les trajo la muerte, pero es una muerte que será como semilla echada en buena tierra, dará sus frutos en abundancia.

La memoria de los mártires de nuestros pueblos debe seguir alimentando nuestra fe, nuestro compromiso y nuestro posicionamiento ante la realidad que se vive en nuestros países. La muerte por la muerte no tiene sentido, pero la muerte por la vida y vida de muchos, esa sí tiene sentido.

Que la fuerza del Espíritu Profético de Jesús siga animando nuestra vida.

Monseñor Juan Gerardi: Mártir de la verdad.

Guatemala: Nunca Más...

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