lMÉTODO DE INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA (Carlos Mesters et al.)
1. Primer Paso: Partir de la Realidad. Colocar y Explicitar las Preguntas de Hoy.
2. Segundo Paso: Conocer el Texto (Nivel Literario)
3. Tercer Paso: Contexto en el que fue redactado el texto
4. Cuarto Paso: Contexto Histórico del Hecho
5. Quinto Paso: Mensaje de Dios Para el tiempo del Hecho (Nivel Teológico)
6. Sexto Paso: Mensaje de Dios para el tiempo de la Redacción (Nivel Teológico)
7. Séptimo Paso: Para Celebrar a Dios hablando Hoy
ATENCIÓN: DESPUÉS DEL SÉPTIMO PASO, HAY INDICACIONES ACERCA DE CÓMO
USAR ESTE MÉTODO PARA LA ELABORACIÓN DEL TRABAJO.
PRIMER PASO
PARTIR DE LA REALIDAD: COLOCAR Y EXPLICITAR LAS PREGUNTAS DE HOY.
Objetivo
1. Descubrir la relación necesaria que tiene que haber entre Biblia (Texto), Comunidad de fe (Con–Texto) y Realidad So-
cial (Pre–Texto).
2. Descubrir que la realidad de la situación del pueblo (Pre–Texto) debe ser el punto de partida de la aproximación a la
Palabra de Dios.
De hecho, nuestra realidad nos condiciona y nos marca, aunque no lo queramos; es inevitable.
Siempre leemos, vemos, escuchamos, desde lo que estamos viviendo y sintiendo (por ej. Si se ha muerto
algún pariente, o si estamos de fiesta). Es mejor hacer explícito y colocar sobre la mesa eso que, de to-
das maneras, nos condicionará en el proceso. Además, es la realidad que queremos iluminar y en donde
queremos descubrir la presencia de Dios y finalmente seguirlo como su pueblo.
La manera concreta de leer y estudiar la Biblia, es a través de la unión inseparable entre la Situa-
ción del Pueblo (lugar donde se nos revela la Palabra de Dios), la Comunidad Cristiana (que, en esta rea-
lidad, reconoce la presencia de Dios) y la Biblia (Palabra que es memoria de la acción liberadora de
Dios en la vida del Pueblo). La interrelación entre las tres, es semejante a una mesa de tres pies. Sola-
mente así nos encontramos en disposición de escuchar y anunciar, hoy, la Palabra de Dios, que es luz
para nuestro caminar.
comunidad Dios habla hoy - realidad Biblia
La situación de la vida del pueblo es, y tiene que ser siempre, el “piso” de nuestra lectura de la Biblia, el punto de
partida, porque fue de esta manera, no de otra, que Dios se comunicó con su pueblo.
Siempre hay que empezar con una reflexión sobre el problema de hoy. “¿De qué están hablan-
do?”, preguntó antes que todo Jesús a los discípulos de Emaús. Profundizar las preguntas que el pueblo
hoy levanta, a partir de su situación, de su lucha. Aclarar las preguntas que nacen de la “práctica” de la
Comunidad.
Sólo después de reconocer nuestro “piso”, podemos recurrir a la Biblia para iluminar nuestro presente, buscando en
ella una situación semejante a la nuestra, estudiándola y reflexionando sobre ella. El Espíritu nos ayudará a enfocar lo que
Dios Padre espera de nosotros y de nuestra realidad para el servicio de su pueblo.
Así iniciamos con el “Contexto del Espíritu”.
“LA BIBLIA ES PARA LA VIDA,
LA BIBLIA ILUMINA NUESTRA VIDA,
NUESTRA VIDA ILUMINA LA BIBLIA”.
DINÁMICA
En pequeños grupos, analizar el problema que se quiere enfrentar (ej.: situación del país, conflictos de
una comunidad, nueva evangelización, etc.)
CONCLUSIÓN (del trabajo personal) O PLENARIO (del trabajo grupal):
Resumen sobre el problema enfrentado.
SEGUNDO PASO
CONOCER EL TEXTO (NIVEL LITERARIO)
Objetivo
Conocer primeramente el texto, antes de traer el mensaje del texto para el hoy.
El primer acercamiento o lectura del texto tiene que ser simplemente para saber lo que el texto
dice. Antes de hacer cualquier análisis, conocer lo que el texto informa y hacer un ‘levantamiento’ de su
contenido, de sus personajes, de sus historias, de sus intenciones.
¡Leer, leer.... y leer el texto! y sólo el texto, para descubrir el contenido del pasaje: no leer co-
mentarios al respecto, lo que interesa es tu interpretación, no la de los eruditos. No es porque la ayuda
de los que han estudiado no nos sirva, sino porque no es éste el momento de hacerlo.
Es importante acostumbrarnos a escuchar primero al texto directamente, queremos escuchar la
Palabra de Dios. ¿Qué dice el texto? Después escucharemos a los que nos comentan la Palabra de Dios
y veremos que dicen que dice el texto.
En este momento es importante conocer la ubicación del texto dentro del libro del cual forma
parte; que le antecede y qué sigue después, géneros literarios usados, etc.
DINÁMICA:
Leer el texto escogido anteriormente con atención, buscando evidenciar:
• Contenido: ¿de qué trata? Historia o tema; estar atentos a los detalles que son muy importantes.
• Personajes: ¿quiénes? Los personajes que intervienen en esa historia, las relaciones que hay entre
ellos, el papel que desempeñan en la historia.
• Lugares y tiempos: ¿cuándo y en dónde? Lugares en donde suceden los acontecimientos, movimien-
tos que se realizan e indicaciones de tiempos y momentos en que suceden.
• Palabras significativas: Aquellas que más repiten o aquellas que tienen una resonancia especial por
su significado (por ej. desierto, cifras, etc.)
Si la lectura se hace en un grupo, primero se puede trabajar individualmente, para un primer contacto
con el texto, y luego el trabajo por grupos para trabajar las preguntas.
CONCLUSIÓN (del trabajo personal) O PLENARIO (del trabajo grupal):
• Es bueno que alguien pueda repetir con sus palabras, lo más fielmente posible, el contenido del
texto (hacer una síntesis, provisional, del contenido): los demás pueden complementar.
• Se presentan las respuestas a las preguntas que trabajaron los grupos.
• Si se trabaja en grupo, el asesor complementa y ordena las informaciones recogidas por los grupos.
• Complementar con el contexto literario: ubicación en el libro (qué ha ocurrido antes, qué ocurrirá
después), etc. (Se trata de una primera aproximación al texto escogido, semejante a una fotografía).
TERCER PASO
CONTEXTO REDACCIONAL
Objetivo
Responder a la necesidad de vincular el texto con la situación de la comunidad que lo escribió y con la
realidad del pueblo de la época de la que se habla en el mismo texto.
Este paso es especialmente importante con los textos que narran acontecimientos o situaciones
que sucedieron en una época anterior al tiempo en que se escribe el relato. Ej.: los Evangelios hablan de
Jesús, muchos años después de que ascendiera a los cielos.
Hay que descubrir la diferencia entre la situación del momento en que sucedió el hecho y lo que
vive la comunidad en el instante que escribe el texto.
Se trata de ver QUIEN, DÓNDE, POR QUÉ, PARA QUÉ, PARA QUIÉN ESCRIBE y como la
situación en que el texto fue escrito influyó sobre la manera de comunicar el hecho.
Cada texto de la Biblia tiene que ser profundizado, teniendo en cuenta la situación del pueblo del
tiempo en que aconteció el hecho y la comunidad de fe que dio lugar a este texto. Se trata de rehacer
-para el pasado- la misma relación entre Biblia - Realidad - Comunidad, en un doble nivel:
1. Nivel de la redacción: en el Texto, descubrir la Realidad vivida por la comunidad de fe que redactó
el texto (Esto se profundiza en este paso 3 y en el paso 6).
2. Nivel del hecho: en el Texto, descubrir la Realidad vivida por la Comunidad de fe de la época en que
sucedió el hecho (Esto se profundiza en los pasos 4 y 5).
En palabras más sencillas: el texto bíblico es como un árbol que podemos cultivar con provecho en
la medida en que conocemos su suelo de origen (realidad del hecho) y la cantidad de agua que necesita
(comunidad de fe). Cada árbol tiene un suelo propio y el agua que lo regó, ayudándolo a crecer. Lo
mismo sucede con los escritos bíblicos: son testimonio de una comunidad creyente insertada en una rea-
lidad concreta, que habla a veces de otra comunidad que vivía en otra época.
Una honesta recuperación del mensaje de los textos bíblicos para nuestra realidad exige primeramen-
te que conozcamos la realidad del hecho y la realidad de quien escribe y de los destinatarios para quie-
nes se escribe. De lo contrario, los textos bíblicos quedarán con el mensaje que más convenga a nosotros
o a los asesores, no respetando así la experiencia de fe allí testimoniada.
Lo importante en este momento es descubrir por nosotros mismos –no por comentarios de autores ni
por los conocimientos de los asesores- y directamente del texto, la situación de vida de aquel pueblo.
Ahora trabajamos con el “CONTEXTO REDACCIONAL”.
DINÁMICA: Personalmente o en pequeños grupos, leer el texto escogido con atención intentando respon-
der a las siguientes preguntas:
1. El que escribe ¿habla de su tiempo o de una época anterior?
2. ¿Quién escribe? (Aunque no aparezca el nombre, sí aparecen, en cambio, indicaciones que nos
muestran los rasgos del autor: hombre, mujer, campesino, etc.)
3. ¿Dónde y cuándo escribe? (Aunque el libro no tenga fecha, nos da indicaciones de la época; ¡En-
contrarlas!)
4. ¿Para quiénes escribe? ¿Dónde y cómo viven? (Lo podemos descubrir por los temas tratados, la
forma en que los trata, etc.).
5. ¿Por qué escribe? ¿A qué problemas - conflictos quiere responder? No hay que olvidar que ‘na-
die hace nada por nada’, y que la memoria, personal y grupal, retiene lo que es útil y significati-
vo; por lo tanto, tratar de entender, a partir del tema, el modo de tratarlo, las frases usadas, etc., la
situación a la que el autor del texto actual quería responder.
PLENARIO: Los secretarios, escogidos en cada grupo, responderán a las preguntas por orden; todos
responderán a la pregunta 1, después a la 2 y así sucesivamente.
CUARTO PASO
CONTEXTO HISTÓRICO DEL HECHO
Objetivo:
1. Un primer objetivo es el mismo del TERCER PASO, solo que ahora la atención no es sobre el tiem-
po de la redacción del texto, sino sobre la época del hecho descrito en el texto: queremos profundi-
zarlo para descubrir sus características.
2. Desarrollar una lectura atenta y crítica de la Biblia, utilizando la técnica de lectura de los “CUATRO
LADOS”.
3. Suscitar en los participantes una mirada atenta y crítica frente a su propia realidad.
Dando un paso más en el conocimiento y apropiación del texto bíblico escogido, queremos mirar
por la ventana del texto para recoger informaciones más detalladas sobre la época de los acontecimien-
tos descritos en él. Anclados siempre y sólo en el mismo texto, y sin ninguna ayuda todavía, queremos
conocer algo más sobre la realidad (pretexto) vivida por la comunidad de fe (con-texto) protagonista del
hecho narrado. Queremos descubrir la situación económica, política, social e ideológica en la que se
producen los hechos. Trabajamos ahora el “CONTEXTO HISTÓRICO”.
La técnica de lectura de los “CUATRO LADOS” es un instrumento importante para realizar este
paso y para detectar cuáles son los conflictos de aquella época, y en especial cuál es el problema básico
y fundamental. Contribuye a formar el hábito de leer críticamente la Biblia, al mismo tiempo que forta-
lece en quien lee, la actitud crítica frente a su propia realidad.
Esto supone analizar el texto desde cuatro perspectivas (lados): Económica, Social, Política e
Ideológica, para lo cual nos formulamos y respondemos una serie de interrogantes.
* ECONÓMICO: ¿QUÉ, CÓMO, DÓNDE se producía? ¿CÓMO se trabaja y vive? Grupos económi-
cos: intereses e interrelaciones.
* SOCIAL: ¿CÓMO se relacionan las personas?; identificar los grupos sociales: intereses e interco-
nexiones. ¿Qué conflictos se evidencian?
* POLÍTICO: ¿QUIÉN, CÓMO, PARA QUIÉN, CON QUIÉN gobierna?; su relación con el pueblo y
los grupos económicos y sociales.
* IDEOLÓGICO: ¿CUÁLES son las creencias dominantes en la sociedad sobre: vida, religión, políti-
ca, sociedad, gobernantes? Ideas científicas y filosóficas.
Como herramienta educativa, nos ayuda a conseguir del mismo texto muchas y detalladas informaciones sobre la si-
tuación del pueblo de aquel tiempo. Si en los pasos anteriores hemos conseguido una foto de lo que pasaba en los días del
texto escogido, en este paso queremos mirar la misma foto solamente que desde muy cerca, como mirando a través de los
lentes de un microscopio: no vemos todo de una sola vez, pero cuando conectamos los detalles, conocemos mejor. Se trata,
aquí, de una segunda aproximación a la realidad del texto.
Ahora, por la apropiación de esta técnica, seremos también capaces de detectar mejor, con mayor
visión crítica, lo que pasa en nuestra realidad y comprender entonces lo que somos en ella.
DINÁMICA:
1. Antes que todo, en grupos, buscaremos en el texto, 4 tipos de informaciones (seguramente no todas
las preguntas propuestas encontrarán respuesta en el texto, pero es importante que saquemos de éste
toda la información posible y como no existe una técnica para hacer las preguntas exactas, lo mejor
es tener muchas preguntas preparadas y aplicarlas al texto, que dará así la mayor información posi-
ble):
a. Económicas:
• ¿Qué es lo que se producía?
• ¿Cómo se producía?
• ¿Cómo se trabajaba?
• ¿Cómo se vivía?
• ¿Qué grupos económicos existían?
• ¿Cuál es la fuente de la riqueza?
• ¿Cuál era el principal problema en lo eco-
nómico?
b. Sociales:
• ¿Cómo se relacionaban las personas?
• ¿Había grupos o clases sociales?
• ¿Cuáles eran sus intereses?
• ¿Cómo se relacionaban entre sí?
• ¿Quiénes son los marginados?
• ¿Por qué?
• ¿Cuál es la base de esa sociedad?
• ¿Cuál era el principal problema en lo so-
cial?
c. Políticas:
• ¿Quién gobernaba?
• ¿Cómo gobernaba?
• ¿Cuál fue su relación con el pueblo y con
los otros grupos sociales?
• ¿Quién tiene el poder real?
• ¿Qué leyes aparecen?
• ¿Qué grupos de poder aparecen?
• ¿Cuál era el principal problema en lo políti-
co?
d. Ideológicas:
• ¿Qué convicciones aparecen expresadas en
el texto? ¿Hay cosas que se dan por sabidas
o supuestas y no se explican ni se justifican,
simplemente se afirman?
• ¿Qué costumbres, leyendas, mitos o ritos
aparecen?
• ¿Qué es lo que el pueblo y los diferentes
grupos sociales pensaban de la vida?
• ¿De la religión?
• ¿De la política?
• ¿De la sociedad?
• ¿De los gobernantes?
• ¿De varón – mujer?
• ¿Del sentido de la vida? ¿De la muerte?
• ¿Cuál era el principal problema en lo ideo-
lógico?
2. En segundo lugar, si se trabaja en grupos, con las informaciones recogidas, el grupo creará una pe-
queña dramatización, a través de la cual comunicará sus descubrimientos en el plenario, sobre todo
en relación a lo que resulta ser el problema de fondo.
CONCLUSIÓN (del trabajo personal) O PLENARIO (del trabajo grupal):
• Elaborar una primera síntesis de la información recogida del texto.
• Si se trabaja en grupo, cada grupo presenta su dramatización y las informaciones obtenidas sobre su
lado en el texto. El asesor complementa y ordena las informaciones para que quede una visión de
conjunto de la realidad histórica del tiempo del hecho.
• Por último, en trabajo personal o en grupo, intentar ver cuáles son las semejanzas y las diferencias
que existen en relación a lo que pasa actualmente.
• ¡ATENCIÓN! Este es el momento de aprovechar las ricas informaciones que nos ofrecen los estu-
diosos para complementar y verificar lo que nosotros hemos encontrado en el contacto directo con
el texto.
COMPLEMENTACIÓN: Los subsidios que ayudan a nuestro estudio.
Queremos dar orientaciones prácticas sobre los subsidios para el estudio de la Biblia, tales como:
qué son los subsidios; cuáles son los más disponibles; dónde encontrarlos: sus diferentes tipos: có-
mo y cuándo utilizarlos con provecho.
Y queremos demostrar la importancia que tiene confrontar, verificar y/o completar las informacio-
nes recogidas en la búsqueda grupal, con los datos ofrecidos en los diferentes subsidios.
Los subsidios son material de ayuda para una mayor apropiación de conocimientos que normalmen-
te quedan en poder de los estudiosos y de los “estudiados”.
Existen diferentes tipos de subsidios:
- Las “fuentes de datos” (detalles, conocimientos sobre geografía, historia, costumbres, econo-
mía, política del tiempo de la Biblia; informaciones sobre el autor del libro y sobre la situación
internacional de su tiempo).
- Los “comentarios” (miran a la interpretación de un texto, su propósito y mensaje).
Para nuestro caso, interesan principalmente los subsidios de “fuentes de datos”. Los comenta-
rios sólo serán útiles si antes nos apropiamos del texto y sólo en un momento posterior cuando
lleguemos a la interpretación del texto en el camino de regreso del ayer al hoy; si no, haremos
de nuestro estudio una reproducción de las ideas del autor del comentario, ajeno generalmente a
nuestra realidad y a la situación de nuestra comunidad eclesial.
Las “fuentes de datos” más próximas se encuentran en las mismas Biblias: en las introduccio-
nes, notas al pie de la página, cronologías o sinopsis históricas y mapas que se encuentran, ge-
neralmente, al final. Existen también “fuentes de datos” especializadas en un autor o un libro,
en la historia de Israel o en la geografía, etc.: generalmente, utilizan un lenguaje poco popular.
Ahora bien, las informaciones verificadas y complementadas por los subsidios, nos colocan en
las mejores condiciones para apropiarnos correcta y respetuosamente de la fe, testimoniada en
el libro del texto escogido: comprendiendo de esta manera cuál fue la intención del libro para
los destinatarios de aquella época y cuál el provecho que, como mensaje, podemos obtener para
nuestra situación actual.
QUINTO PASO
MENSAJE DE DIOS PARA EL TIEMPO DEL HECHO (NIVEL TEOLÓGICO)
Objetivo
Descubrir en el texto cómo la comunidad de fe del tiempo del hecho narrado interpreta la realidad que
está viviendo y reconoce en ella a “Dios que le habla”. La situación detectada en los pasos anteriores
fue vivida por un pueblo que tenía fe en Dios y que supo leer la situación para descubrir lo que Dios
hablaba para él.
Queremos apreciar como en la situación conflictiva, los involucrados (el pueblo de entonces)
descubrieron a Dios tomando posición; y como este “hablar de Dios” fue formulado y transmitido.
Aquí llegamos al corazón del proceso de la interpretación: es donde más se penetra en el cora-
zón del texto. Este es el punto final del movimiento “DE HOY HACIA EL AYER”, desde nuestro pre-
sente hacia la Biblia. Y es el punto inicial del movimiento “DE AYER PARA HOY”, desde la Biblia
para aclarar nuestro presente. Es acá donde la Biblia comienza a transformarse en ESPEJO, en el cual
nos miramos, y a librar su mensaje para hoy.
Es un momento de mucha fe; hay que abrirnos a la revelación de Dios. Necesitamos despojar-
nos de lo que ya sabemos de Dios para no querer encerrarlo en nuestras ideas. Dejar que Dios se nos
muestre, se nos revele como Él quiere hacerlo y que nos sorprenda. Si no nos dejamos sorprender por
la novedad de Dios, no hay revelación y no hay vida. ¡Una persona viva siempre tiene algo nuevo que
decirnos! Vamos a buscar dónde me dice Dios que Él está y cómo me dice que Él es, y no como yo ya
sé que es y está.
DINÁMICA
En pequeños grupos, retomamos nuevamente el texto escogido para profundizar la búsqueda contes-
tando las preguntas siguientes:
1. ¿Qué experiencia de Dios hicieron en aquellos acontecimientos (o el texto propone que los persona-
jes hicieron)?
2. ¿Cómo era el Dios que experimentaron? ¿Qué rostro o características tenía?
3. ¿Qué les pedía o les decía?
CONCLUSIÓN (del trabajo personal) O PLENARIO (del trabajo grupal)
SEXTO PASO
MENSAJE DE DIOS PARA EL TIEMPO DE LA REDACCIÓN (NIVEL TEOLÓGICO)
Objetivo
Aclarar como el mensaje teológico descubierto en el hecho descrito por el texto, es releído por una co-
munidad que vive en una realidad posterior y diferente. Este paso sólo se aplica a aquellos pasajes
que cuentan acontecimientos sucedidos tiempo atrás con relación a la redacción final del mismo texto
(ver: paso 3).
En este caso, se trata de descubrir cómo la comunidad que redactó el texto releía su pasado para
descubrir el mensaje de Dios para su presente y así orientar su caminar de acuerdo al proyecto del mis-
mo Dios.
Ej.: el pueblo de Israel, en el Deuteronomio, atribuye a Moisés leyes formuladas entre 500 –
600 años después de su muerte. Lo que sucede es que el reino del Norte, Israel, ha caído en poder de
los Asirios el año 721 a. C.: esto es visto como consecuencia de su haberse apartado de Dios. En el Re-
ino del Sur, Judá, para evitar la misma suerte, los reyes Exequias (716 –687 a. C.) y Josías (640 – 609
a. C.) apoyan la realización de una profunda reforma religiosa y política, para renovar en todo el pueblo
una mayor fidelidad al proyecto de Dios. ¿Qué mejor que releer las antiguas leyes de Moisés (conteni-
das en Exodo) e integrarlas con nuevas leyes (Deutero – nomio = segunda ley) que responden a la nue-
va realidad que están viviendo?
DINÁMICA:
Nuevamente, en pequeños grupos, volvemos al texto escogido para buscar la respuesta a las interrogan-
tes que siguen:
1. En este texto, ¿dónde está Dios? Pueden ser personas, acontecimientos, lugares.
2. ¿Qué rostro revela este Dios? ¿Cómo es? ¿Qué características tiene?
3. ¿Cuál es el mensaje de Dios para la Comunidad que relee el hecho descrito en el texto?
CONCLUSIÓN (del trabajo personal) O PLENARIO (del trabajo grupal)
SÉPTIMO PASO
PARA CELEBRAR A DIOS HABLANDO HOY
Objetivo:
• Explicar por qué celebramos nuestro estudio de la Biblia y cuál es su verdadero sentido.
• Demostrar que, a través de la celebración de la Palabra, recuperamos para el presente la memoria
de la acción liberadora de Dios y renovamos nuestro compromiso de fe.
• Mostrar la unión que tiene que existir entre el estudio del texto bíblico, la celebración de la Palabra
y la realidad de nuestra vida.
Este paso final es para ayudarnos a descubrir lo que el texto tiene que decirnos hoy. Esto se hace mejor
en el contexto de una buena CELEBRACIÓN en la que el séptimo paso recoge en si los seis pasos da-
dos y los amarra con el hoy.
• La Palabra de Dios, cuando es apropiada por la propia experiencia, trae luces sobre la situación de
la vida del pueblo, sobre nuestro comportamiento cotidiano y sobre los medios eficaces de trans-
formación de la sociedad en que vivimos. Por eso, al final del estudio, podemos celebrar nuestra fe
y nuestra esperanza.
• Una celebración auténtica tendrá que recuperar para nosotros, aquí y ahora, a través de la palabra
del texto estudiado, la acción liberadora de Dios en favor de su pueblo y llevarnos a renovar nuestro
compromiso cristiano de lucha por la conquista de los derechos del pueblo y de servicio a la comu-
nidad cristiana a partir de los pobres.
• Si el estudio tenía por objetivo apropiarnos de una metodología para leer correctamente la Biblia, la
celebración de nuestro estudio se presenta como el puente que une este estudio con la realidad del
día a día. Un estudio auténtico y honesto de la Palabra, tiene que llevarnos a una transformación
personal para cambiar nuestro actuar cotidiano y nuestra sociedad, al servicio del pueblo y de la
comunidad eclesial.
DINÁMICA: Proponemos una CELEBRACIÓN DE CLAUSURA con el siguiente esquema:
1. Liturgia de la Palabra
- Experiencia de oración sobre el texto estudiado, buscando personalmente y después por grupos,
cuáles son las luces que nos trajeron el estudio para nuestra realidad y para nuestra práctica perso-
nal y eclesial.
Las preguntas principales que nos pueden guiar en este momento son:
+ Ese Dios que se nos ha revelado en el texto, que está en determinadas personas, acontecimientos y
lugares; y que tiene determinadas características concretas ¿Hoy dónde está? ¿En qué personas,
acontecimientos o lugares lo encuentro hoy? Concretizar bien. Recordemos que éste es el objetivo
que nos planteábamos desde el inicio: Descubrir la presencia amiga de Dios que hoy habla y actúa
en la realidad del pueblo.
+ ¿Qué mensaje nos da este texto para la realidad que hemos analizado en el paso Nº 1? De ahí parti-
mos y ahí volvemos; todo el camino hecho con el estudio del texto es para iluminar esa realidad y
descubrir en ella los signos de los tiempos que nos indican la presencia o ausencia de Dios en ella y
nos indican la dirección de nuestro compromiso.
- Resumir el estudio en:
• Un símbolo que exprese el mensaje que hemos descubierto.
• Una frase (del mismo texto bíblico) para “rumiar” y mantener presente en nosotros la revelación de
Dios que se nos ha ofrecido en este texto.
• Un compromiso que sea el fruto de nuestro encuentro comunitario con Dios y con la realidad...
2. Liturgia del Ofertorio. En forma creativa, presentar por grupos los compromisos que descubrimos,
que Dios nos pide en las comunidades donde vivimos y trabajamos.
3. Liturgia Eucarística o en su defecto realizar el signo del compartir el pan.
PARA LA ELABORACIÓN DEL TRABAJO
1. Seguir los ‘Siete Pasos’ según el orden propuesto. En otras palabras, ‘aplicarse’ el método y con él,
sacar las conclusiones que parezcan pertinentes. Como resultado, el trabajo a presentar debería
contener los ‘plenarios’ de cada paso (conclusiones parciales de cada paso), y una conclusión gene-
ral con el sentido que el texto escogido tiene para nosotros hoy (hermenéutica del texto).
ALGUNAS INDICACIONES:
2. Puede ocurrir que el PRIMER PASO no sea fácil de dar, porque se llega a la lectura de la Biblia des-
de situaciones tan diversas que los textos no siempre dan pistas de respuesta a ellas. Por lo mismo,
una alternativa al primer paso es la siguiente:
Cambiar el orden de los dos primeros pasos, partir por el texto. Una vez leído el texto (Segundo
Paso), se anotan las palabras principales, agrupadas por afinidad (a veces una misma palabra no
aparece muchas veces, pero un grupo de palabras relacionadas sí toman importancia). En seguida,
se buscan sinónimos y antónimos de esas palabras y, partiendo de la propia experiencia y/o de la
lectura de noticias, informaciones, literatura, etc.: se trata de analizar brevemente de qué manera las
realidades expresadas en esos términos afectan la vida personal y grupal (familiar, comunitaria,
eclesial, política, cultural, económica, social, etc.) en la que quien hace la lectura participa (método
que puede aplicarse como alternativa válida al primer paso también trabajando con algún grupo: el
guía del taller propone la lista de palabras ya elaboradas, o como continuación de la lectura del tex-
to (aquí SEGUNDO PASO, pero que también puede ser primero), propone un primer trabajo en grupos
para elaborar ese mapa de términos importantes y relevantes para los participantes, con un plenario
conclusivo posterior).
3. Para el SEGUNDO PASO: antes de leer el texto, hay que ‘delimitarlo’ bien, es decir, establecer cla-
ramente los límites del mismo, su comienzo y su final. Y, en la medida de lo posible, dar con su es-
tructura.
Para la delimitación, atender a los siguientes criterios:
- La finalidad de este paso es la determinación del comienzo y del final de un texto.
- Sólo una vez terminado este paso, que se hace de modo intuitivo, o analíticamente cuando el caso
lo pide, se puede hablar, al menos provisoriamente, de una perícopa con sentido propio, de una
unidad textual. Si esto no ocurre, estaríamos frente a un grupo aleatorio de palabras inconexas
entre sí, que no constituirían propiamente una unidad con un contenido claro.
El análisis es más necesario en la medida que las unidades a veces se siguen sin señales formales
de inicio o término, como son los párrafos, títulos y capítulos dentro de un libro.
Este paso de la delimitación del texto es fundamental para llegar a conocer el mensaje contenido
en él. De no ser así, el lector podría cortarlo en cualquier parte, con lo que, manteniéndose la rea-
lidad de las palabras escritas, se perdería el texto como medio de comunicación entre emitente y
destinatario, dejaría de ser Palabra de Dios para nosotros hoy.
La delimitación del comienzo y el final de un texto se puede establecer cuando se constata, por
ejemplo, alguna de las siguientes características:
* Cambio de personajes (entra o sale algún personaje de la escena que se analiza), de circuns-
tancias de tiempo o de lugar. También puede darse un cambio notable de tema (en algunos
textos legales constituye la única forma de separar una ley de otra).
* Solución de la intriga que articulaba el relato o la llegada al fin ‘natural’ de un discurso
* Presencia de una fórmula de inicio o de final: “Después de estas cosas” (Gn 221), que co-
rresponde aproximativamente al ‘Había una vez…’ de los relatos anónimos modernos; o “Ésta
es la historia de…” (tôl edôt) (Gn 69), en los relatos bíblicos; “La Palabra de YHWH me fue diri-
gida en estos términos” (o fórmulas similares, en la literatura profética, muy frecuentes en Eze-
quiel). O bien la presencia de una fórmula de final, equivalente a las formas de la literatura po-
pular moderna, presentes en varias lenguas: “Vivieron felices y comieron perdices”, “Colorín
colorado, este cuento se ha acabado”, etc. En los relatos bíblicos, estas fórmulas son del tipo:
“Y el lugar se llamó X hasta el día de hoy”, “Y por eso existe esta costumbre…”. En los textos
proféticos, la fórmula de final puede ser, por ejemplo, “Y sabréis que yo soy YHWH, vuestro
Dios”, o simplemente, “Oráculo de YHWH”, “Palabra del Señor”.
* Negativamente, la presencia inexplicada de ciertos elementos puede indicar que un relato o
discurso ha comenzado antes. Las referencias pronominales (“éste”, “ése”, “aquél”), adverbia-
les de lugar (“allí”, “aquí”), de tiempo (“entonces”, “ese día”, pero no la fórmula ‘en aquel
tiempo’, que equivale a ‘había una vez’), de modo (“de la misma manera”, “por lo tanto”, etc.)
suponen personas, situaciones, lugares, tiempos ya conocidos por el lector/auditor, es decir, re-
fieren a personas, acciones, circunstancias descritos anteriormente por el narrador, lo que obli-
garía a buscar el comienzo de la unidad en algún pasaje anterior (de aquí deriva, por otra parte,
la existencia de unidades ‘relativamente’ autónomas: se constata la presencia de una perícopa,
claramente delimitada, pero, al mismo tiempo, se reconoce su relación con otra(s), anterior y/o
posterior.
* Un criterio negativo para indicar que el relato todavía no ha terminado es el no haber llegado a
una situación de ‘reposo natural’ de la intriga o de la tensión retórica.
Para la Estructura, analizar primero la unidad del texto: ¿es un texto unitario o complejo? Fijarse
en los elementos siguientes:
* Repeticiones en el mismo texto (por ejemplo, dos creaciones seguidas).
* Tensiones y contradicciones dentro del texto.
* Frases y fórmulas repetidas, o según un mismo estilo o estructura, los modismos, etc. (frases etio-
lógicas, comentarios, etc.).
* Existencia de duplicados o paralelos (el mismo texto o tema en otra parte de la Sagrada Escritu-
ra).
Atención:
- no usar los criterios de modo mecánico, hay repeticiones que obedecen al estilo retórico.
- si se puede ‘descomponer’ el texto en fragmentos, hay que analizar cada uno por separado.
- con este paso se distingue la unidad de su contexto, y se establece su relación con éste.
Para finalmente responder a estas preguntas:
* ¿Se puede identificar una cierta estructura en la unidad? (fijarse en palabras o fórmulas repetidas,
en la alternancia de personajes, o de género, o de sujeto hablante, en las oposiciones que el texto
propone, explícita como implícitamente; en las secuencias de mandato–ejecución, etc.)
* ¿Hay alguna afirmación de tipo sumario del contenido o el mensaje del pasaje? ¿Dónde está? (al
principio, al final, al centro).
4. Puede ocurrir que no sea posible distinguir entre ‘tiempo de la redacción’ y ‘tiempo del hecho’,
porque el hecho simplemente no existe (pensemos en la Creación, por ejemplo, no es un hecho
‘histórico’). Aquí caben dos posibilidades: hacer todo el análisis sobre el TIEMPO DE LA
REDACCIÓN, o bien, tratar el contenido del texto bíblico como si fuera el hecho descrito y vivido,
sin entrar en la ‘historicidad’ (si realmente ocurrió o no; por ejemplo, al hablar de Caín y Abel,
aunque sea una elaboración teológica con muchos elementos del ‘tiempo de la redacción’, siem-
pre es posible analizar las relaciones que se dan al interior de la historia, entre los personajes, y
sacar de allí elementos para el análisis y la interpretación que actualiza su contenido).
Para el TERCER PASO, recordar lo que la escuela de la Historia de las Formas enseña sobre la
funcionalidad de los géneros literarios en relación al Sitz im Leben en el cual surgen. Si es posi-
ble, gracias a las conclusiones del SEGUNDO PASO, determinar una forma original del texto, tratar
aquí de establecer el contexto vital al que responde, contexto que le da el sentido. Con la ayuda
de la información lograda a partir de la lectura del texto y del conocimiento sobre la historia de
la formación del Pentateuco, proponer a qué tradición o teología pertenecería el texto estudiado,
en qué contexto habría sido redactado el texto estudiado.
5. Para el CUARTO PASO, hay que leer al menos dos diccionarios (enciclopédicos, bíblicos, teológi-
cos, de símbolos, etc.) de modo de enriquecer la comprensión de los términos o temas evidencia-
dos como importantes. También puede ser útil revisar alguna historia de Israel para entender
mejor el contexto histórico del hecho en cuestión.
6. Para el QUINTO y SEXTO PASOS, seguir las indicaciones dadas, tratando de no confundir los di-
versos momentos de elaboración teológica. Si hay algún paralelo del texto, el que estamos estu-
diando sería una lectura teológica alternativa a la que ofrece el autor de ese paralelo. En ese ca-
so, vale la pena comparar elementos de ambas versiones para evidenciar mejor lo propio y origi-
nal de esta versión (la estudiada). Aquí habría que leer al menos un artículo sobre el texto o, en
su defecto, dos comentarios en la sección que explican el texto.
7. En lugar del SÉPTIMO PASO, la celebración, habría que proponer una síntesis de lo que esta Pa-
labra de Dios (leída y estudiada siguiendo el método propuesto) dice a nosotros hoy, tratando de
responder a las preguntas iniciales, o ampliando esa gama de preguntas hacia otros problemas ac-
tuales, tratando de descubrir a qué conversión a la Vida nos invita el Señor hoy.
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