jueves, 8 de octubre de 2009

¿DÓNDE Y CUÁNDO SE GENERA LA EXCLUSIÓN?




Es alarmante constatar la creciente Exclusión de grandes sectores de la humanidad al acceso de las necesidades básicas, indispensables para vivir dignamente. La Exclusión se convierte entonces, en la evidencia más rotunda de la grave crisis de un sistema económico inhumano que se ve obligado a generar este tipo de no-personas, desechables, y necesarios para poder mantenerse1.

Todo esto trata del sistema capitalista salvaje y voraz, llevado hasta el extremo por el endurecimiento de las “normas de juego”, con todo tipo de políticas económicas neo-liberales; libertad en los precios de mercado; limitación mínima al rol del estado en la economía, caracterizado por la privatización de las empresas estatales y del servicio nacional con sus respectivos centros (agua, electricidad, gas, teléfono, salud, educación, etc.); y la centralidad en la productividad, la eficiencia, la eficacia y el mérito personal.

El mercado se convierte en una especie de paraíso, que posee mano invisible y con ella regula las leyes de la oferta y la demanda, y su supuesto equilibrio, garantizando la libertad y la posibilidad para que “todos participen”, pero, obviamente, sólo una minoría tiene las posibilidades, los medios requeridos para hacerlo. Mientras que las mayorías que no pueden participar del mercado quedan excluidas del sistema y su vida se ve permanentemente amenazada2.

Existe una deuda externa, que bien debería llamarse deuda eterna, pues, según los economistas, es impagable. Guatemala, un país clasificado como subdesarrollado, con su PIB abonado a su deuda externa, apenas y alcanza a cubrir los intereses, nunca abona al capital, lo cual confirma el hecho de que la deuda será eterna. Y todos sus habitantes están condenados, de generación en generación, a pagar intereses y vivir a merced de los intereses del G8 ampliado. Y, como Guatemala, muchos otros ejemplos...

Las implicaciones dentro de cada país con deuda externa eterna, se ven reflejadas en el mercado interno: las micro y mediana empresas se ver despedazadas y devoradas por las grandes transnacionales que, gracias a los tratados de libre comercio (TLC's), tienen las puertas totalmente abiertas a nuestros países que dejan de ser productores y se convierten en simples consumistas, proveedores de materia prima a bajo costo y mano de obra barata, mientras aguantan las exigencias de productividad y luego son desechados, Excluidos totalmente del sistema.

Se da entonces un juego con las leyes, pues el mercado rechaza cualquier tipo de leyes que le controlen, pues él presume que tiene plena libertad de autoregularse sin ninguna interferencia externa. Como consecuencia se elaboran leyes contra aquellos que piden leyes de control y equidad en el mercado.

Cualquier movimiento que se oponga al sistema y proteste por la carestía de la vida, la insatisfacción de necesidades elementales, la inflación, la baja de salarios, el desempleo, etc, todo ello fruto del sistema, son reprimidos por las fuerzas armadas o fuerzas del “orden”, según las leyes de Seguridad Nacional, y que a partir del 11 de septiembre de 2001, se les llama grupos o movimientos terroristas3.

Todas las leyes orientadas a un trabajo digno y justo quedan en simple letra muerta, pues quienes imponen las leyes laborales son el mercado y las transnacionales. El límite de horas de trabajo, las condiciones laborales, la seguridad laboral y las prestaciones son manipuladas y tergiversadas a conveniencia del sistema.
Franz Hinkelammert dice en ese sentido:
La lógica de las mayorías solo dice algo nuevo si se la entiende como un criterio de la formación de las relaciones sociales de producción y por consiguiente, del sistema de propiedad y de conducción de la economía misma, en el sentido de una sociedad que no admite excluidos, sean éstos mayorías o minorías. Se trata de una sociedad en la cual nadie sea marginado... Nadie debe poder satisfacer sus necesidades sacrificando la vida del otro. La satisfacción de las necesidades básicas de cada uno tiene que ser englobada en una solidaridad humana, que no excluya a nadie de la satisfacción de sus necesidades básicas. El “no matarás” se transforma en un: respetarás la vida del otro en el marco de la satisfacción de las necesidades básicas4.
El “no matarás”, expresado como el derecho fundamental e inalienable a la vida, pasa necesariamente por la satisfacción de las necesidades fundamentales: alimento, salud, techo, trabajo, etc., y en el respeto y realización de las mismas se define la raíz de su dignidad como ser humano y sus valores. Por consiguiente, su negación se convierte en una seria amenaza antropológica pues se generan no-humanos, no-personas, “los nadies”.

Jamás en la historia, la humanidad poseyó la abundancia de riqueza, el nivel técnico-científico y el rápido desarrollo humano como en nuestra época, pero también jamás la brecha entre países ricos y países pobres ha sido tan escandalosa, asimétrica y excluyente como ahora. El G8 y el capitalismo central con unos 800 millones de habitantes controlan y hegemonizan más poder económico, tecnológico, informativo, político y militar que el resto de los aproximadamente 4,000 millones viviendo en Asia, África, Europa Oriental, y América Latina, donde también un reducido porcentaje participa de las relaciones y los estándares de vida de los países hegemónicos5.

1. Cfr. Tamez, Elsa. Contra toda condena. La justificación por la fe desde los excluidos. Editorial DEI. San José, Costa Rica. 1993. Pp. 41-42.

2. Cfr. Ibid.

3. Cfr. Ibid. P. 43.

4. Hinkelammert, Franz. Democracia y totalitarismo. Editorial DEI. San José, Costa Rica. 1987. Pp. 151, 153.

5. Cfr. Thai Hop, Pablo. Los excluidos, extraña criatura del nuevo paradigma tecno-científico. http://servicioskoinonia.org/relat/120.htm. Consultado 25 de mayo de 2009, 8:51 p.m.

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