COMUNICADO URGENTE DE LA CONGREGACIÓN DE LA MISIÓN
PROVINCIA DE AMÉRICA CENTRAL
“La
paz esté con ustedes” (Jn 20, 20)
Reunidos
en Asamblea Provincial, los sacerdotes y hermanos de la Congregación de la Misión
tomamos la iniciativa de dirigirnos a todos los fieles cristianos y a todo hombre
y mujer de buena voluntad, para manifestar nuestra solidaridad con la población
del municipio de Sayaxché, Petén, Guatemala, ante lo sucedido en el Río la
Pasión. Evidenciamos que se ha irrespetado a la Madre Tierra y, en
consecuencia, la vida humana, especialmente de la población más empobrecida,
por la prepotencia y la voracidad de grupos poderosos que han generado este
desastre.
Manifestamos
nuestro apoyo al Vicariato Apostólico de El Petén, a las comunidades directa e
indirectamente afectadas y a todas las organizaciones de derechos humanos y
ecologistas y sociedad civil que han
expresado su repudio y exigen solución y justicia ante el desastre ecológico
evidenciado.
En este contexto, citamos las palabras del Papa
Francisco, de la reciente Encíclica Alabado
sea, en el numeral 8, en el cual cita al Patriarca Bartolomé y que se
refiere “particularmente a la necesidad de que cada uno se arrepienta de sus
propias maneras de dañar el planeta, porque, « en la medida en que todos
generamos pequeños daños ecológicos », estamos llamados a reconocer « nuestra
contribución – pequeña o grande – a la desfiguración y destrucción de la
creación ». Sobre este punto él se ha expresado
repetidamente de una manera firme y estimulante, invitándonos a reconocer los
pecados contra la creación: « Que los seres humanos destruyan la diversidad
biológica en la creación divina; que los seres humanos degraden la integridad
de la tierra y contribuyan al cambio climático, desnudando la tierra de sus
bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas; que los seres humanos
contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todos estos son pecados ».
Porque
« un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un
pecado contra Dios »
Para
encontrar una solución inmediata y efectiva a corto plazo y de manera
permanente al deterioro perverso y criminal al Río La Pasión y su entorno
ecológico, unidos a las otras voces que demandan justicia, exigimos:
1. Que a
ejemplo de Monseñor Romero, Monseñor Gerardi y nuestros mártires, como Iglesia,
podamos tomar distancia -a favor de los empobrecidos- de estas instituciones o
empresas que generan víctimas en cada
una de nuestras realidades.
2. Que
se conforme una comisión de alto nivel, integrada por miembros de distintas
organizaciones de la Sociedad Civil, para apoyar la investigación y deducción
de responsabilidades sobre lo ocurrido en el desastre ecológico ya mencionado,
3. Al
deducir responsabilidades en este desastre ecológico, que se realicen los
debidos procesos, según las leyes de este país.
4. La
suspensión inmediata de la licencia de operación a la empresa responsable del
desastre ecológico.
5. El
retiro de esta empresa de la zona.
6. Que
el Gobierno de Guatemala brinde protección y seguridad alimentaria, mientras
sea necesario, a la población afectada por el desastre ecológico.
7. Se
debe tener presente los Acuerdos de Paz y, por tanto, evitar a toda costa que
se declare el Estado de Excepción, lo cual atentaría directamente contra los
derechos inherentes e inalienables de la población afectada, sustentados en la
Constitución de la República.
En
este sentido el Papa Francisco, en la reciente Encíclica, en el numeral 142,
afirma: “Varios países se rigen con un
nivel institucional precario, a costa del sufrimiento de las poblaciones y en
beneficio de quienes se lucran con ese estado de cosas. Tanto en la
administración del Estado, como en las distintas expresiones de la sociedad
civil, o en las relaciones de los habitantes entre sí, se registran con
excesiva frecuencia conductas alejadas de las leyes. Estas pueden ser dictadas
en forma correcta, pero suelen quedar como letra muerta. ¿Puede esperarse
entonces que la legislación y las normas relacionadas con el medio ambiente
sean realmente eficaces? Sabemos, por ejemplo, que países poseedores de una
legislación clara para la protección de bosques siguen siendo testigos mudos
de la frecuente violación de estas leyes.”
Finalmente,
manifestamos enfáticamente nuestro rechazo a la imposición de proyectos de empresas
de este tipo, que promueven un falso desarrollo y de la complicidad del Gobierno,
sin el consentimiento o con manipulación y engaño de la población.
Dado
en la Ciudad de Guatemala, a los dieciocho días del mes de junio de dos mil quince.